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FAST FASHION ¿MODA DESECHABLE?

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¿Como surge el fast fashion?

Para poder empezar a comprender la moda rápida o fast fashion demos empezar entendiendo como surge toda esta revolución por la moda tan cambiante. Y es que desde la Edad Media, la necesidad por la ropa única y diferente nace de la idea por distinguir a las diversas clases sociales existentes. Por esta razón los costureros de aquella época estaban obligados a producir diferentes estilos de ropa, tanto para la nobleza hasta producir también para la burguesía, donde la variedad de prendas y diseños realmente tuvo su debut con la Revolución Industrial gracias a la llegada de ropa de mejor calidad y opciones.

Todo lo anterior no lo vemos tan alejado de la realidad ya que actualmente el concepto de moda es algo predominante en nuestra sociedad, donde las necesidades y gustos van cambiando constantemente generación tras generación por lo cual las empresas han tenido que ir dando respuesta a ello para poder seguir sobreviviendo en un mercado tan cambiante y claro verlo como ventaja para seguir generando ingresos y con ello ir fomentando esta modalidad.

Esto incluyendo que los individuos en la sociedad actual buscan ser aceptados en los diversos grupos en los que se desenvuelven lo cual influye desde su forma de ser y hablar hasta claro su forma de vestir por lo cual, aunque sea muchas veces inconscientemente, los consumidores se ven orillados por las distintas disciplinas como el marketing, la sociología y todos los estudios y análisis realizados acerca del comportamiento de estos, a recurrir a la moda rápida o fast fashion.

Un concepto nuevo.

Dicho concepto nace de la necesidad de vestir y sentirte a la moda a la medida de tus posibilidades económicas que la misma sociedad te impone en la actualidad, con la opción de estar a la vanguardia a un precio realmente accesible, pero con poca vida útil de tus prendas como contradicción.

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Si nos ponemos a analizar, ahora las marcas ya no les apuestan solo a las colecciones primavera-verano u otoño-invierno, sino que ahora suelen lanzar nuevas colecciones o líneas diferentes cada cierto número de semanas y esto encamina a los consumidores a seguir las tendencias actuales e ir desechando de sus manos todo aquello que perciben ya no está a la vanguardia o simplemente dejo se servirles por los deterioros tan rápidos que llegan a sufrir este tipo de prendas, siendo esto una nueva fuente de ingresos para las grandes marcas debido a la rápida rotación de su mercancía y por ende su alta demanda, pero ¿nos hemos puesto a pensar como la moda rápida puede afectar nuestro planeta?

Si bien la contaminación es un problema de nuestro día a día donde si nos preguntan por los factores que disparan la contaminación, rápidamente se nos viene a la mente los diversos desechables como platos, vasos, popotes, utensilios, etc. Pero debemos de darnos cuenta que toda esa ropa que deja de ser funcional y por lo cual es desechada rápidamente, también es una forma de contaminación la cual se está fomentando en los últimos años gracias a la apuesta de grandes y reconocidas marcas como lo son Zara, Cuidado con el perro, C&A, Pull&Bear, Stradivarius, H&M, Forever 21 entre otras, quienes comercializan fast fashion. Donde además de encontrar simples colecciones rápidas que son lanzadas rápidamente, también suele comercializar diversas copias de diseñadores reconocidos con la gran diferencia de un precio mucho mas económico.

Materiales de mala calidad.

Todo esto es un problema del que debemos concientizarnos ya que involucra diversos factores, principalmente el hecho de fomentar la contaminación, pero también por otro lado la cuestión de la mala calidad que se está comercializando por cual hasta el 2019 la Procuraduría Federal del Consumidor enumeró un listado de distintas cadenas de moda que confeccionan ropa con materiales de mala calidad, que reducen la durabilidad de la ropa y donde la inversión de los consumidores llega a ser mayor por tener que adquirir más frecuentemente prendas que se desgastarán fácilmente dejando de ser útiles y por ende seguirán comprando tanto por moda como por necesidad en un ciclo continuo. Inclusive todas estas marcas cuentan con maquiladoras asiáticas donde la mano de obra es muy barata utilizando materiales económicos que suelen ser contaminantes que tardan cientos de años en biodegradarse y solo se vuelven basura en el ambiente perjudicando así al medio que nos rodea.

Si bien recordamos en siglos pasados era muy común que la ropa fuera heredada generación con generación donde entre familia solían poder compartir las prendas de cada uno lo cual llegaba a ser beneficiario ya que era ropa que, debido a su calidad, te brindaba un largo de ciclo de vida y al ser modelos estándar no pasaban de moda y te permitían seguir reciclando las diversas prendas, reduciendo así tanto como la contaminación como dándole un ahorro a tu bolsillo debido al grado de funcionalidad de esta ropa. Pero en la actualidad los estándares de moda y la vida útil de estos productos te impiden la posibilidad de reutilizarlos o darles otro ciclo de vida.

moda rápida

¿Como evitar el fast fashion?

Por todo lo anterior es muy importante poder concientizar a nuestra sociedad sobre el problema que podemos evitar informándonos sobre lo que consumimos, ya que si todas estas empresas siguen subsistiendo en la actualidad es únicamente por que la sociedad sigue consumiendo sus productos y dándoles motivos e ingresos para fomentar esta modalidad de fast fashion.

De igual forma es importante transmitirles el impacto que esto puede llegar a tener tanto en nuestro planeta como en nuestro bolsillo, ya que el tomar acciones tan pequeñas respecto a nuestro consumo pueden ser la gran diferencia con el simple hecho de estar informado.

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Podemos comenzar leyendo las etiquetas de lo que adquirimos y entender lo que en ellas se detalla, desde los materiales que fueron usados para la fabricación de ello, el lugar de manufactura y hasta las instrucciones y cuidados de lavado para darle una mayor vida útil a nuestros productos e incluso saber identificar, además del costo, el rendimiento esperado de lo que compramos. De esta forma seremos más conscientes de la relación calidad-precio de lo que adquirimos para empezar a darle ese verdadero valor a las cosas y empezar a diferenciar entre lo que podría valer la pena adquirir o lo que podría ser sola inversión en vano para nuestras carteras.

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