La función de marketing se erige en departamentos en muchas organizaciones desde hace ya años, con más suerte en los mercados desarrollados y menor suerte en los países de alto crecimiento. En la mayoría de los casos, estos departamentos surgen para satisfacer una necesidad cuando esta ya no es aplazable: cuando la empresa empieza a notar que no tiene bien gestionado –por defecto o por exceso– el riesgo de sus grandes decisiones más conceptuales, como las relacionadas con el mercado, y que ello afecta a su rentabilidad a largo plazo.